Las criaturas fetales representadas en las esculturas de la artistas australiana Patricia Piccinini, pueden causar horror y a la ternura, son como esos apéndices o pequeños defectos que nos empeñamos en ocultar, pero que a la vez forman parte de nosotros, están repletos de fabulación narrativa especulativa. Sus trabajos, son a la vez una celebración y la crítica de la vida y su infinita diversidad biotecnologica y extraordinaria creatividad. Se trata de una obra a gran escala, y utiliza el potencial para crear la escultura narrativa a través de cambio de perspectiva del espectador a medida que avanzan alrededor de la pieza. Como tal, es un trabajo muy experimental, que se entiende a medida que el espectador comienza a reparar en los muchos elementos y sus relaciones.